Porque es Bueno Seguir Leyendo a Niños Mayores

¿Es bueno seguir leyendo a niños mayores? Según un nuevo estudio realizado por la editorial Scholastic; sólo el 30 por ciento de los padres dijeron haber leído  en voz alta a sus bebés antes de que sus pequeños llegaran a los tres meses de edad. Claro, puede sentirse tonto leyendo a los bebés que prefieren morder el libro que seguir la historia, pero numerosos estudios dicen que leer a los bebés desde el nacimiento ayuda a estimular el desarrollo del cerebro y fortalece los lazos entre padres e hijos, lo cual es uno de los elementos esenciales para la lenguaje, la alfabetización y habilidades socio-emocionales.Seguir leyendo

Las 7 Frases que un Niño Debe Escuchar

Existen pequeñas frases que hacen cambiar la perspectiva de nuestros hijos hacia nosotros, crean lazos de confianza y mejoran nuestra interacción.
Josh Shipp experto en comportamiento de adolescentes y conductor de un programa de TV Americano, nos explica en que consisten las 7 frases que un niño debe escuchar.
1. Te quiero.
Esto es crucial. Siempre se debe ser lo suficientemente fuerte como para decírselo a sus hijos. Las personas respondieron a este tema, que nunca han escuchado esto de sus padres. Si no lo escuchan de ti, no sé de quiénes lo escucharán.
2. Estoy orgulloso de ti.
Como padres o adultos de confianza, es importante que aplaudamos el esfuerzo más que del logro, porque el logro es a menudo subjetivo. Así que aplauda y premie el esfuerzo más que los logros y deje que su hijo sepa que usted es orgulloso de ellos.
3. Lo siento.
Asumir la responsabilidad como adulto es muy importante para nuestros niños. Tenemos que modelar lo que parece ser un adulto, y pedir disculpas cuando cometemos errores. Y no hacer escurrir el bulto diciendo: «Lo siento, pero….»
Recuerde que los niños aprenden un poco de lo que decimos, aprenden un poco más de lo que hacemos, pero aprender lo mucho más de quién somos
4. Te perdono.
Es crucial que los jóvenes sepan si es quieren tener éxito, que deben estar dispuestos a fracasar. Ellos van a meter la pata, es normal. La pregunta es: ¿Qué van a hacer cuando se hayas equivocado? Al decir te perdono, los niños saben que está bien el admitir errores.

5. Estoy escuchando.

Una vez que su hijo llega a ser un preadolescente o adolescente, el juego no se trata de control, se trata de influencia. Usted no puede controlar a un joven de 15 años de edad, pero puede influir en ellos escuchando y haciéndoles preguntas. Nada funciona tan bien como hacer preguntas estratégicas y luego escuchar, esto les ayudará a llegar a sus propias decisiones maduras y conclusiones sobre cualquier situación.

6. Es su responsabilidad.

No debe rescatar a su hijo y sacarlo de los problemas que puede resolver por sí solo. En su lugar debe permanecer como un entrenador: Preparar a su hijo antes del partido, animar desde la barrera y luego revisar lo que salió bien y qué salió mal desde la banca.
El impulso a resolver la situación está ahí porque nos preocupamos, pero debemos quedarnos al margen y permanecer fuera de la cancha. Si lo arreglas, van a interpretar que, usted les piensa que no tienen lo que se necesita. En su lugar, debe estar allí para apoyo moral y orientación, pero siempre dejar que tomen su responsabilidad.

7. Tienes lo que se necesita.

Es importante para ellos saber que usted sabe que tiene lo que se necesita. Si ellos saben que usted cree en ellos, que están mejor preparados para tomar pasos cortos hasta lograr sus metas y sueños, y se puedan enfrentar a las situaciones difíciles.

 Ademas de el lenguaje verbal es necesario el lenguaje físico. Un abrazo dice mucho de lo que sentimos y es siempre bien recibido.

10 Tips de Seguridad en el Parque

Los parques al aire libre han sido una opción para los niños desde hace varias generaciones. Cuando decidimos que el clima es propicio y tenemos tiempo suficiente siempre es una opción llevar a los pequeños a jugar. Pero también debemos tomar en cuenta varios aspectos y condiciones para evitar accidentes.

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Autocontrol y caprichos

La capacidad de controlar los impulsos aprendida con naturalidad desde la primera infancia, constituye una facultad fundamental en el hombre.
Una facultad que, en definitiva, tendremos que potenciar en nuestros hijos más pequeños si deseamos que el día de mañana sean personas voluntariosas y, sobre todo, capaces de gobernarse a sí mismas en todo momento. No dejemos para más adelante el intentar inculcar un cierto autocontrol al niño.
Una vez que haya pasado el periodo sensitivo de los primeros años, le costará mucho más adquirir esta importante virtud. Es precisamente en los primeros años cuando el niño más necesita de nuestra ayuda.
Ante sus ojos inexpertos se presenta todo un mundo de posibilidades que le aturden. Esto no significa que su creciente interés por lo que le rodea no sea una actitud normal e, incluso, positiva. Pero, eso sí, tendremos que ser nosotros los que comencemos a canalizar sus inquietudes y sus deseos. Y es que, para educar es necesario exigir, aunque esto suponga un esfuerzo para nosotros mismos.
Cuando se llega cansado a casa, por ejemplo, lo más sencillo es decir «sí» a cualquier capricho. El reto radica en ser lo suficientemente pacientes y fuertes como para decir «no» en el momento preciso. Si de verdad queremos lo mejor para nuestros hijos, tenemos que exigirles. Y es que de nuestra firmeza de hoy dependerá directamente la voluntad de nuestro hijo mañana. Educar en la sobriedad no es tiranizar sino conseguir que nuestro pequeño aprenda a controlarse y a valorar las cosas (pocas o muchas) que le rodean.
Con los niños de cuatro y cinco años los resultados suelen ser más positivos cuando les ofrecemos una información clara en el momento oportuno y apoyamos nuestras instrucciones (no comer dulces antes de la comida, entrar en un centro comercial sin tener que comprarle algo, ordenar la propia habitación, obedecer a la primera…), con ciertas dosis de cariño y una exigencia serena, perseverante y alegre.
No nos dejemos llevar por los nervios; cualquier madre o padre saben que un niño de cuatro o cinco años que no para de pedir puede sacar de quicio a cualquiera, pero a pesar de todo tendremos que tratar de corregirle desde la calma y el buen humor. Es, por ende, una buena ocasión para «educar» nuestro propio autocontrol… Puede ser bueno también proponer a nuestros hijos pequeños ejercicios de autodominio, envueltos en juegos o retos y en esto la creatividad de los padres no tiene límites.
Por ejemplo: «sólo podrá comerse una chuchería en todo el día pero, eso sí, será la que él quiera y en el momento que elija». Del mismo modo siempre es positivo que reconozcamos a nuestro hijo sus muestras de autodominio, destacando, en cada caso, lo que hizo bien. Este reconocimiento operará como estímulo para la próxima ocasión en que tenga que vencer su capricho. Debemos procurar dejarles, por último, un cierto margen de libertad e iniciativa.
No seamos nosotros los que digamos siempre la última palabra en todo. Es necesario que el pequeño vaya aprendiendo poco a poco a discernir entre lo que es una necesidad y lo que es un mero antojo.

 

Tomado en versión libre, del artículo
Autor: María Viejo y Manoli Manso
«De 0 a 6. La edad del autocontrol. ¡Guerra a los caprichos!»,
publicado en HACER FAMILIA, nº 64, junio 1999

 

La seguridad es una prioridad

Para que usted también pueda relajarse y pasar un rato agradable con amigos o amigas mientras sus hijos se divierten y conviven sanamente en nuestras instalaciones, contamos con doble puerta de entrada y de salida para asegurarnos que los niños no saldrán solos.
 
Y para aumentar la seguridad al entrar se le coloca a cada niño un brazalete foliado y se  le entrega a los papás una contraseña con el mismo folio para que al salir, nuestro personal pueda corroborar que ambos folios coincidan y asegurarnos que cada niño sale con los papás correctos.
 
En Diversiones Poing Poing se permite la entrada a jugar desde bebés de 6 meses  hasta niños no mayores de 12 años  o que midan más de 1.50 metros,  esto para evitar accidentes dentro de algún juego.
 
De igual forma, por cuestiones de higiene no se permite que los niños jueguen sin calcetines en nuestras instalaciones.