Tiro con Arco
Cualquiera conoce algo acerca de el, existen leyendas como la de Robin Hood y sus hombres, se conoce la historia de los indios americanos y sus grandes batallas, quien no ha oído la historia de Guillermo Tell tirándole a la manzana colocada en la cabeza de su hijo, aunque esto fue con una ballesta que viene siendo un pariente del arco.
La arquería es más habilidad que fuerza, aunque esta es necesaria cuando se esta a nivel competitivo. La habilidad, como en muchos otros deportes, solo se consigue practicando la forma correcta constantemente.
La idea básica del tiro es mas simple de lo que uno se pueda imaginar. Se coloca una flecha en un arco en determinada forma, se tensa mientras se dirige el arco hacia el blanco, se apunta y se suelta esperando ver donde pega, el desarrollo de esta técnica básica irá haciendo al tirador poco a poco más hábil.
El objetivo del juego es tener el dominio de su arco, lo que mejorará su destreza y precisión. Por algo es considerado por el Comité Olímpico Internacional como uno de los deportes Olímpicos más difíciles.
Existen en la actualidad tres tipos de arcos, el arco largo, el recurvo y el de poleas o compuesto.
Los tres tienen las mismas partes fundamentales, a saber, una parte rígida conocida como mango o maneral, una flexible que son las ramas y finalmente la cuerda. En el caso del arco compuesto tiene además las poleas y el cable.
En la actualidad la arquería es un deporte popular, y aunque es fácil para un niño o niña iniciarse como arqueros, no lo es tanto para llegar a ser bueno, eso lleva tiempo en desarrollar sus habilidades y sobre todo mucha práctica, se tiene que ser bueno todo el tiempo, es un deporte de precisión, y eso es una de las razones por lo que es un deporte excitante.
Hay quien considera al tiro con arco un deporte fácil, y en realidad lo es. Lo difícil es tener la paciencia y tenacidad indispensable para desarrollar la habilidad suficiente para tensar un arco con la fuerza necesaria, sostenerla el momento justo, apuntar lo mejor posible y soltar la cuerda siempre en la misma forma para atinarle al blanco, una y otra vez, hasta completar la tirada correspondiente, que son alrededor de unas 100 a 300 veces seguidas según el nivel de entrenamiento, a una distancia considerable, según sea el caso, que puede ir de 18 a 90 metros.
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