Pasar un tiempo en el parque todos los días reporta múltiples beneficios a tu pequeño. Y además, luego está mucho más tranquilo y se porta mejor. ¡No se queden en casa! 

Ahora que son vacaciones, procura llevar a tu hijo al parque todos los días. Esta experiencia será estupenda para los dos: a ti te servirá para conocerlo aún mejor y para cambiar impresiones con otras madres y a él le reportará infinidad de ventajas. Veamos por qué.

Es bueno para su salud

Al ir de un lado a otro, subirse y bajarse de los toboganes, brincar, esconderse etc., tu pequeño realizará mucho ejercicio físico y gracias a él mejorará la densidad de su masa ósea y los músculos se le fortalecerán.
Por otro lado, al montar en determinados juegos o brincolines, como los inflables, entrenará su equilibrio y mejorará su desarrollo psicomotriz.
Y por añadidura, cuando regresen a casa notarás que tu hijo come y duerme mejor. Es porque la actividad física le ayuda a descargar tensión, lo que a su vez estimula su apetito y favorece su descanso.

Los más pequeños

Los espacios lúdicos en los parques de atracciones son espacios muy importantes en el desarrollo físico y motriz de los pequeños. Ya que es un espacio destinado para el ejercicio y la diversión.
Dada su corta edad, es normal que tu hijo aún no juegue con otros niños. Pero aun así, sentirse acompañado por ellos y observar cómo se comportan es fundamental para que vaya socializándose.
Con la aparición de la autoconsciencia, entre los 15 y los 18 meses, el deseo de interactuar aumenta y poco a poco aparece el juego en paralelo, que se caracteriza por que los niños siguen sin jugar juntos, pero lo hacen uno muy cerca del otro y se imitan en sus actividades.

Socializar

Siempre nos preocupa que nuestros hijos interactúen con otros niños de su edad y el parque de diversiones nos permite darnos cuenta de con quien le gusta interactuar y como socializan nuestros pequeños. Así nos será más fácil encontrar patrones de conducta que deban ser fortalecidos o controlados.
Para potenciarla, procura ir al parque siempre a las mismas horas. Los niños se percatan enseguida de quiénes son los visitantes más habituales y si coinciden siempre con los mismos, le resultará mucho más fácil entablar una relación con ellos.
Aunque a veces te dé pereza llevar a tu hijo al parque, piensa que las experiencias que vive allí aumentan sus conocimientos y contribuyen al desarrollo de su cuerpo y su cerebro. Como ves, el esfuerzo merece la pena.
– Esther García, pedagoga y psicóloga.

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